Más de mil comerciantes informales, quienes fueron retirados de la avenida Buenos Aires, insisten en permanecer cerca del lugar y tomaron las calles adyacentes para formar un nuevo mercadillo.
Los comerciantes venden sus productos en medio de la contaminación y la aglomeración de personas, como si no estuviéramos en una segunda ola por el COVID-19.
En un recorrido por la avenida, se apreció que los últimos comerciantes que quedan estaban desarmando sus puestos, pero otros se habían posesionado de las veredas, bermas y hasta de las barandas, expendiendo sus productos (carnes, frutas y verduras) en medio de las aguas servidas, represadas en el sector La Punta, a pocos metros del cuartel Miguel Cortés. Algunos vendedores trataban de evitar que los aniegos invadan sus improvisados puestos.