La presencia del destructor estadounidense USS Gravely en aguas del Caribe ha intensificado las tensiones entre Estados Unidos y Venezuela, en medio de nuevas acusaciones de operaciones encubiertas y maniobras militares que elevan el riesgo de un enfrentamiento regional.
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Fuentes cercanas a la Casa Blanca confirmaron que el presidente Donald Trump autorizó operaciones secretas de la CIA en territorio venezolano, como parte de una estrategia más amplia para “restaurar la democracia” en el país. Según trascendió, el mandatario también evalúa acciones terrestres limitadas para presionar al gobierno de Nicolás Maduro, a quien acusa de encabezar redes de narcotráfico con alcance internacional.
Venezuela denuncia plan de provocación
Desde Caracas, el Gobierno de Maduro denunció este domingo que se encuentra en marcha “un ataque de falsa bandera” desde las aguas fronterizas con Trinidad y Tobago, cuyo propósito sería generar un enfrentamiento militar directo con Venezuela.
En un comunicado oficial, el Ministerio de Defensa venezolano aseguró que sus fuerzas capturaron a un grupo de supuestos mercenarios que poseían información sensible vinculada a la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos. Sin embargo, no se ha precisado cuántas personas fueron detenidas, ni su identidad o si portaban armamento militar.
Nuestro corresponsal en Caracas, Víctor Amaya, señaló que “no se han dado más detalles sobre los lugares de detención ni sobre el destino de los capturados”.
Ejercicios navales y acusaciones cruzadas
Los ejercicios militares conjuntos entre Estados Unidos y Trinidad y Tobago, que se desarrollan entre el 26 y el 30 de octubre, involucran buques de guerra norteamericanos, incluyendo el USS Gravely. Para el gobierno venezolano, estas maniobras constituyen “una provocación hostil contra Venezuela y una amenaza a la paz del Caribe”.
Maduro acusó directamente a la primera ministra trinitense, Kamla Persad-Bissessar, de ceder la soberanía de su país y permitir que su territorio sea utilizado como base para los intereses militares de Washington. “Trinidad y Tobago se ha convertido en un portaviones para la guerra en todo el Caribe, contra Venezuela, contra Colombia y contra Suramérica”, afirmó el mandatario en cadena nacional.
En respuesta, fuentes diplomáticas del Caribe Central han manifestado preocupación por la escalada militar y la posibilidad de que la región se convierta en escenario de operaciones armadas o bloqueos navales.
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Estrategia militar estadounidense
Desde agosto, Washington ha desplegado buques de guerra y aeronaves en el Caribe, bajo el argumento de reforzar la lucha contra el narcotráfico. Sin embargo, analistas internacionales señalan que la presencia militar tiene un propósito político más amplio.
A inicios de septiembre, Estados Unidos intensificó sus ataques aéreos contra embarcaciones de presuntos narcotraficantes, en el marco de una campaña que —según Caracas— es usada como pretexto para justificar acciones de intervención.
El Pentágono, por su parte, anunció su intención de enviar a la región al portaaviones Gerald R. Ford, considerado el más grande y moderno del mundo, como parte de una “misión de disuasión estratégica”.











