La reciente decisión de Donald Trump de retomar los ensayos nucleares provocó una ola de críticas internacionales y encendió las alarmas sobre un posible aumento de las tensiones entre las potencias mundiales.
El anuncio se conoció poco antes de su reunión con el presidente chino Xi Jinping, realizada el jueves en Corea del Sur, y ha generado preocupación entre gobiernos y organismos internacionales, que temen un retroceso en los esfuerzos por el desarme nuclear.
El jefe del Pentágono, Pete Hegseth, defendió la medida como una acción “responsable”, asegurando que Estados Unidos necesita mantener una disuasión nuclear creíble. “Esa es la base de nuestra seguridad nacional”, afirmó el funcionario.
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Críticas internacionales a la decisión de Trump
Estados Unidos no realiza pruebas con armas nucleares desde 1992, por lo que el cambio de política representa un quiebre significativo con las últimas tres décadas de contención.
El gobierno de Irán fue uno de los primeros en pronunciarse, calificando la medida como “una amenaza para la paz mundial”. El canciller iraní, Abás Araqchi, se refirió a Trump como “un matón armado con armas nucleares” que pretende justificar sus acciones “demonizando el programa atómico pacífico de Irán”.
Desde Japón, la organización Nihon Hidankyo, que agrupa a sobrevivientes de los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki, expresó su rechazo total. “Este anuncio contradice los esfuerzos globales por alcanzar un mundo libre de armas nucleares. Es inaceptable”, señaló el grupo en un comunicado.
Motivos detrás de la orden presidencial
De acuerdo con Trump, la reanudación de las pruebas busca igualar las capacidades nucleares frente a países como Rusia y China. En su red social Truth Social, afirmó que otros gobiernos “ya realizan ensayos”, por lo que Estados Unidos debe hacer lo mismo “para garantizar la eficacia y modernización de su arsenal”.
El vicepresidente JD Vance respaldó la medida, señalando que las pruebas son necesarias para confirmar que el arsenal estadounidense “funciona correctamente”. Trump también destacó que su país posee “más armas nucleares que cualquier otra nación” y que ha impulsado una “renovación completa” de su sistema armamentista.
No obstante, datos del Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (SIPRI) contradicen esa afirmación: Rusia contaría con 4.309 ojivas nucleares desplegadas o almacenadas, frente a las 3.700 de Estados Unidos y 600 de China.
China y la ONU llaman a la moderación
Tras el anuncio, China instó a Washington a respetar el Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (CTBT), firmado en 1996, que prohíbe expresamente cualquier tipo de prueba atómica.
“Estados Unidos debe asumir seriamente sus compromisos internacionales y evitar acciones que socaven el sistema mundial de no proliferación”, declaró un portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores chino.
La ONU también se pronunció a través de su vocero, quien pidió evitar “toda acción que pueda conducir a errores de cálculo o escalamientos con consecuencias catastróficas”.
El organismo recordó que las pruebas nucleares no deberían realizarse bajo ninguna circunstancia y llamó a las potencias a mantener el diálogo y el control de armamentos.
Reacciones desde Rusia y el contexto internacional
El anuncio de Trump llega pocos días después de que el presidente ruso Vladimir Putin celebrara la exitosa prueba del misil de crucero Burevestnik, de “alcance ilimitado”, y del dron submarino Poseidón, capaz de portar cargas atómicas.
Estas acciones de Moscú parecen haber influido directamente en la decisión estadounidense, que busca no quedar rezagada en la competencia estratégica.
Sin embargo, Rusia aclaró que sus ensayos no implican explosiones nucleares reales, sino pruebas de sistemas capaces de transportar ojivas. Pese a ello, el mensaje político es claro: las potencias nucleares vuelven a una carrera que se creía superada desde el fin de la Guerra Fría.
Un tratado en riesgo
El Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (Nuevo START), firmado entre Estados Unidos y Rusia, aún está vigente, aunque su aplicación se encuentra suspendida desde hace dos años. Este acuerdo limita a 1.550 ojivas estratégicas por país y contempla inspecciones mutuas, actualmente paralizadas.
El tratado expira en febrero del próximo año, y aunque Moscú ha propuesto prorrogarlo un año más, no ha mencionado una reanudación de las inspecciones, lo que añade más incertidumbre al panorama.
Un giro que preocupa al mundo
La decisión de Trump representa un giro peligroso en la política nuclear estadounidense, con potencial para desatar una nueva carrera armamentista.
Mientras el Pentágono justifica la medida como un acto de seguridad nacional, la comunidad internacional teme que marque el fin de décadas de diplomacia nuclear y ponga en riesgo la estabilidad global.











