El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, volvió a colocar a Groenlandia en el centro del debate internacional al sostener que su país requiere este territorio por motivos de seguridad nacional. El mandatario hizo estas declaraciones luego de nombrar a un enviado especial para atender los asuntos vinculados con la isla, administrada por Dinamarca.
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Durante una rueda de prensa ofrecida en su residencia privada de Mar-a-Lago, en el estado de Florida, Trump insistió en que Groenlandia es clave para la protección estratégica de Estados Unidos. Según afirmó, la ubicación del territorio resulta fundamental para los intereses de defensa nacional, razón por la cual consideró necesaria una mayor presencia estadounidense en la zona.
En ese contexto, el jefe de Estado lanzó duras críticas contra Dinamarca, al señalar que el país europeo no destina recursos suficientes a Groenlandia. Trump sostuvo que Copenhague no invierte de manera adecuada en la isla y cuestionó su capacidad militar, afirmando que no cuenta con un ejército que garantice la protección efectiva del territorio.
Las declaraciones se produjeron un día después de que la Casa Blanca anunciara la designación del gobernador de Luisiana, el republicano Jeff Landry, como enviado especial de Estados Unidos para Groenlandia. El nombramiento tiene como objetivo abordar temas estratégicos relacionados con la isla, lo que fue interpretado por varios sectores como una señal de la renovada intención de Washington de involucrarse de forma más directa en ese territorio.
La decisión generó una inmediata reacción en Dinamarca y en Nuuk, sede del Gobierno autónomo de Groenlandia. Ambas autoridades expresaron su rechazo a cualquier insinuación de control externo y reiteraron que la isla no está en venta. Asimismo, exigieron respeto a su soberanía y a los acuerdos que rigen su estatus político.
No es la primera vez que Trump plantea públicamente el interés de Estados Unidos por Groenlandia. En reiteradas oportunidades ha señalado que la isla resulta estratégica no solo por su ubicación geográfica en el Ártico, sino también por su riqueza en recursos naturales. Incluso, en ocasiones anteriores, ha deslizado la posibilidad de explorar mecanismos para que el territorio pase a estar bajo jurisdicción estadounidense.
Las recientes afirmaciones del mandatario estadounidense vuelven a tensar las relaciones diplomáticas con Dinamarca y reavivan el debate sobre el papel geopolítico de Groenlandia en un escenario internacional marcado por la competencia estratégica en el Ártico. Mientras tanto, tanto Copenhague como las autoridades locales mantienen una posición firme en defensa de su soberanía y autonomía.
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