El primer ministro de Tailandia, Anutin Charnvirakul, anunció este lunes la suspensión temporal del acuerdo de paz firmado con Camboya en octubre, luego de un nuevo incidente fronterizo en el que resultaron heridos varios soldados tailandeses por la explosión de una mina terrestre.
PUEDES LEER: Canadá confirma que diálogo comercial con Estados Unidos continúa paralizado por decisión de Donald Trump
Durante una conferencia de prensa realizada en la sede de la Policía tailandesa, Anutin señaló que todas las acciones derivadas del acuerdo quedan detenidas “hasta obtener una mayor claridad sobre la situación en la frontera”. El mandatario agregó que ha instruido tanto al Ministerio de Defensa como al Ministerio de Asuntos Exteriores para que actúen exclusivamente en función de los intereses nacionales.
Explosión de mina en la frontera con Camboya
La decisión del primer ministro se produjo horas después de que el Ejército tailandés confirmara que cuatro soldados sufrieron heridas tras la detonación de una mina antipersona en la provincia de Sisaket, una zona limítrofe con Camboya.
Este hecho se suma a otros episodios recientes ocurridos en la misma área fronteriza, donde Tailandia y Camboya mantuvieron enfrentamientos armados en julio pasado, un conflicto que se extendió durante cinco días y dejó un saldo de alrededor de cincuenta personas fallecidas.
“Mientras persista esta amenaza, no será posible implementar nuevas medidas”, sostuvo Anutin, quien también adelantó que tanto el Ministerio de Defensa como el Ejército tailandés ofrecerán próximamente detalles adicionales sobre la suspensión del acuerdo.
Un acuerdo de paz bajo mediación internacional
El pacto suspendido fue firmado el 26 de octubre por Anutin y su homólogo camboyano, Hun Manet, con la mediación y presencia del expresidente estadounidense Donald Trump, quien actuó como testigo durante la cumbre de líderes de la ASEAN (Asociación de Naciones del Sudeste Asiático) celebrada en Kuala Lumpur, Malasia.
Dicho acuerdo fue alcanzado luego de meses de treguas frágiles y altos al fuego entre ambas naciones. En julio, Tailandia y Camboya ya habían firmado un primer cese de hostilidades en la misma ciudad malasia, después de una escalada bélica que alarmó a la región.
Dudas sobre la efectividad del pacto
El llamado “acuerdo de Kuala Lumpur” contemplaba varios compromisos, entre ellos el cese total de enfrentamientos, la presencia de observadores regionales en la zona en disputa y la liberación de 18 prisioneros de guerra camboyanos. No obstante, su alcance real fue cuestionado por analistas y sectores diplomáticos, debido a que el documento no abordaba en profundidad las causas históricas del conflicto.
La frontera entre Tailandia y Camboya, que se extiende a lo largo de 820 kilómetros, fue delimitada por Francia en 1907, cuando Camboya era una de sus colonias. Desde entonces, ambos países mantienen una disputa territorial histórica, centrada principalmente en la soberanía de ciertas zonas fronterizas estratégicas.
Persisten las tensiones fronterizas
A pesar de los esfuerzos diplomáticos recientes, los incidentes como el ocurrido en Sisaket ponen en evidencia la fragilidad del proceso de paz y la persistente tensión entre los dos países del sudeste asiático.
El gobierno de Anutin reiteró su compromiso con la seguridad nacional y afirmó que cualquier reanudación del diálogo dependerá de la estabilidad en la frontera y del cumplimiento de las garantías establecidas en los tratados internacionales.
Mientras tanto, tanto Tailandia como Camboya se preparan para una nueva ronda de conversaciones que buscaría restablecer la confianza mutua y evitar una nueva escalada militar, aunque el clima político y militar actual sugiere que la paz plena sigue siendo un desafío pendiente para ambas naciones.











