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Un pontífice que alza la voz contra la desigualdad
Desde el inicio de su pontificado, León XIV ha mostrado una preocupación constante por las desigualdades sociales y económicas que dividen al planeta. En esta nueva obra, su tono pastoral se mezcla con una crítica profunda al sistema global que, según afirma, “parece premiar la acumulación y castigar la solidaridad”.
El Papa sostiene que las injusticias no son fruto del azar, sino consecuencia de estructuras que perpetúan la exclusión. “La pobreza no es una fatalidad, es el resultado de decisiones humanas que privilegian el beneficio sobre la dignidad”, escribe en uno de los pasajes centrales del libro. Estas palabras reflejan una línea de pensamiento coherente con su magisterio: el Evangelio como fuerza transformadora frente a la indiferencia y la desigualdad.
La fuerza del Evangelio: diez palabras que resumen una fe viva
El libro, editado por Lorenzo Fazzini, responsable editorial de la Librería Editrice Vaticana, recopila intervenciones y discursos del pontífice organizados en torno a diez palabras clave del cristianismo: Cristo, corazón, Iglesia, misión, comunión, paz, pobres, fragilidad, justicia y esperanza. Cada una de ellas resume, en su esencia, un aspecto de la vida cristiana entendido no como dogma estático, sino como acción y compromiso.
“El Evangelio no es una teoría, sino una experiencia que transforma el corazón y las relaciones humanas”, señala León XIV. En este sentido, el libro busca tender puentes entre la fe y los desafíos actuales: la pobreza, la guerra, la exclusión y la crisis ambiental. A través de su lectura, el Papa invita a los fieles —y también a los no creyentes— a reencontrarse con lo esencial: el amor como motor del cambio social.
Reconocerse hermanos: el antídoto contra el extremismo
En la introducción del libro, el Papa León XIV observa con preocupación el clima de odio y violencia que domina en diversas regiones del mundo. “El odio y la violencia corren el riesgo, como en una pendiente resbaladiza, de desbordarse mientras la miseria se extiende entre los pueblos”, escribe. Su diagnóstico no se limita a una mirada pesimista, sino que ofrece un horizonte de esperanza: “Precisamente el deseo de comunión, el reconocernos como hermanos, es el antídoto contra todo extremismo.”
Este llamado a la fraternidad retoma una idea recurrente en su pensamiento: el “nosotros” frente al “yo”. Para León XIV, el verdadero progreso no se mide en cifras económicas, sino en la capacidad de las sociedades para cuidar de los más vulnerables. “No habrá paz mientras el sufrimiento de los pobres siga siendo invisible”, afirma en uno de los pasajes más contundentes del texto.
Un mensaje para un mundo dividido
El nuevo libro del Papa León XIV surge en un contexto de profundas fracturas globales. Guerras, desigualdades y crisis climáticas ponen en evidencia un modelo que, según el pontífice, “ha olvidado el rostro humano de la economía”. Frente a ello, propone un retorno a la ética del cuidado y la solidaridad. “El futuro no puede construirse sobre la exclusión ni sobre el descarte”, escribe con tono firme pero esperanzado.
En “La fuerza del Evangelio”, la figura del Papa emerge como la de un guía que busca reconciliar la espiritualidad con la acción. No se trata solo de rezar o creer, sino de transformar las estructuras que perpetúan la injusticia. Su llamado interpela a gobiernos, empresarios y ciudadanos comunes por igual: “Cada uno tiene una responsabilidad en la construcción de un mundo más justo.”
El papel de la Iglesia en la transformación social
León XIV también reflexiona sobre el rol de la Iglesia en tiempos de crisis. Según señala, la institución no puede permanecer encerrada en sí misma ni limitarse a la administración de lo sagrado. “La Iglesia debe ser un hospital de campaña donde todos sean acogidos”, dice, retomando una metáfora que ya se ha convertido en emblema de su pontificado.
En este sentido, el Papa insiste en que la misión eclesial debe volver a las raíces del Evangelio: la cercanía, la misericordia y la defensa de la dignidad humana. “Cuando la Iglesia olvida a los pobres, pierde su rostro evangélico”, advierte. Su propuesta no es nueva, pero adquiere especial relevancia en un contexto de desconfianza y polarización política.
La fe como impulso para la justicia
El libro presenta la fe no como refugio individual, sino como impulso hacia la acción colectiva. En palabras del Papa León XIV: “La verdadera fe no se mide en palabras, sino en gestos concretos de justicia y de amor”. A través de esta afirmación, el pontífice desafía tanto al creyente pasivo como al indiferente contemporáneo, recordando que el cristianismo auténtico exige compromiso.
León XIV no teme abordar las contradicciones de la sociedad moderna, en la que el consumo y la tecnología conviven con la pobreza extrema. “Nos hemos acostumbrado a mirar hacia otro lado”, lamenta, antes de invitar a los lectores a “dejarse tocar por el dolor ajeno”. Para él, el Evangelio sigue siendo la fuerza más poderosa para cambiar el mundo, pero solo si se traduce en acciones concretas de justicia y compasión.
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