El balance de muertos por las lluvias del monzón en Pakistán aumentó a 706 víctimas desde el inicio de la temporada, según el último reporte de la Autoridad Nacional de Gestión de Desastres (NDMA). Además, se registran 958 heridos y más de un centenar de personas continúan desaparecidas mientras las labores de búsqueda y rescate se intensifican en el noroeste del país.
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La región de Khyber Pakhtunkhwa concentra la mayor parte de las víctimas, con 427 fallecidos. En los distritos de Buner y Shangla, epicentro de las inundaciones del último fin de semana, se mantiene la búsqueda de al menos 150 desaparecidos en medio de un terreno montañoso y aislado, donde las riadas destruyeron carreteras, puentes y viviendas.
Daños materiales y pérdidas en todo Pakistán
Las lluvias del monzón han dejado hasta ahora 2.934 viviendas destruidas o dañadas, la pérdida de 1.108 cabezas de ganado, y más de 450 kilómetros de carreteras y 152 puentes afectados, lo que complica la llegada de ayuda humanitaria a comunidades aisladas.
La NDMA detalló que las principales causas de muerte han sido los colapsos de viviendas y las inundaciones repentinas que, en las zonas montañosas, convierten los arroyos en torrentes de lodo y rocas capaces de arrasar aldeas enteras.
Riesgo de más lluvias en agosto
El presidente de la NDMA, Inam Haider, advirtió que la situación seguirá siendo “precaria” hasta fines de agosto, ya que se prevén dos o tres nuevos episodios de lluvias torrenciales en las próximas semanas.
Hasta el momento, se han instalado 456 campamentos de ayuda y los equipos de emergencia lograron rescatar a 17.917 personas.
El primer ministro Shehbaz Sharif anunció que su gabinete donará un mes de salario para financiar las labores de emergencia y garantizar asistencia a las poblaciones damnificadas.
Inundaciones en Pakistán: un problema recurrente
Pakistán figura entre los países más vulnerables al cambio climático y fenómenos meteorológicos extremos. La actual emergencia revive el recuerdo de las devastadoras inundaciones de 2022, cuando un “monzón con esteroides” sumergió un tercio del territorio nacional, dejó 1.700 muertos y causó pérdidas superiores a 30.000 millones de dólares.











