Las lluvias torrenciales provocadas por el monzón en Pakistán han dejado hasta la fecha un saldo trágico de 234 personas fallecidas, y se prevé que continúen al menos hasta este viernes, según alertó la Autoridad Nacional de Gestión de Desastres (NDMA, por sus siglas en inglés).
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Desde su llegada a finales de junio, el monzón ha golpeado con fuerza el norte del país, provocando inundaciones, deslizamientos de tierra y crecidas repentinas de lagos glaciares, especialmente en zonas montañosas como la provincia de Khyber Pakhtunkhwa y la cordillera del Karakórum.
El impacto de las lluvias se agudizó este martes, cuando 13 personas murieron a causa de tormentas eléctricas e inundaciones súbitas. Además, cerca de 250 personas fueron rescatadas tras quedar atrapadas en una carretera turística de alta montaña, informó el canal Geo TV.
Riesgo de más desastres naturales
Las autoridades han emitido una nueva alerta climática instando a la población, y especialmente a los turistas, a evitar las zonas elevadas del país ante el riesgo de derrumbes y colapsos. La mayoría de las víctimas han fallecido tras el colapso de viviendas precarias, muchas de ellas en regiones rurales con infraestructura débil.
Hasta el momento, los equipos de emergencia han logrado rescatar a cerca de 500 personas afectadas por las inundaciones en distintas regiones. Sin embargo, el daño también ha alcanzado cultivos, caminos rurales y redes eléctricas, intensificando el impacto económico del desastre.
Un país en constante amenaza climática
El monzón en Pakistán es un fenómeno que ocurre anualmente entre junio y septiembre y representa entre el 70 y 80 % de las precipitaciones anuales del país. Pero en los últimos años, los efectos del cambio climático han intensificado su fuerza destructiva.
En 2022, lluvias monzónicas excepcionales combinadas con el deshielo acelerado de glaciares sumergieron un tercio del territorio paquistaní, causando la muerte de más de 1.700 personas y dejando a millones sin hogar. El episodio actual, aunque menos devastador en magnitud, sigue encendiendo las alarmas.
El monzón de 2025 comenzó oficialmente el pasado 26 de junio, tras formarse de manera anticipada en el mar Arábigo. Su llegada ha vuelto a poner en evidencia la vulnerabilidad de Pakistán frente a los eventos climáticos extremos, así como la necesidad urgente de fortalecer las infraestructuras y planes de respuesta ante desastres.