Más de 695,000 personas en Colombia han sido afectadas por desplazamientos forzados, confinamientos, restricciones de movilidad y desastres naturales en los primeros dos meses de 2025, según un informe reciente de la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) de la ONU.
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La mayoría de las víctimas se concentran en la región del Catatumbo, una zona marcada por intensos conflictos armados y una grave situación humanitaria. Este número refleja un incremento alarmante en comparación con el mismo periodo de 2024, lo que pone de manifiesto la crisis humanitaria que atraviesa la nación.
La OCHA destacó que, en solo dos meses de 2025, se ha superado el total de desplazamientos masivos reportados en todo el año 2024, lo que representa un aumento del 462% en comparación con el mismo período del año anterior. Este incremento se debe principalmente a los eventos de violencia y las condiciones de inseguridad en la región, que han forzado a miles de personas a abandonar sus hogares en busca de refugio y protección. Además de los desplazamientos masivos, las personas también se han visto afectadas por episodios de desplazamiento individual, en los cuales 80,200 personas se han visto obligadas a huir debido a situaciones de riesgo.
Población confinada por temor a la violencia
El informe también señaló que 27,900 personas han sido confinadas en sus hogares, sin la posibilidad de moverse libremente debido a los enfrentamientos entre grupos armados ilegales. Este confinamiento ha afectado a comunidades enteras, limitando su acceso a servicios básicos como salud, educación y alimentación. Asimismo, las restricciones a la movilidad han impedido que las personas busquen refugio en otras regiones, aumentando su vulnerabilidad y exponiéndolas a situaciones aún más peligrosas.
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Además de la violencia y los desplazamientos, la OCHA subrayó que 140,700 personas han sido afectadas por desastres naturales, como inundaciones y deslizamientos de tierra, que han exacerbado la situación de las comunidades ya vulnerables. Estos desastres han destruido hogares y propiedades, dejando a las personas en una situación aún más precaria. La combinación de desastres naturales y conflicto armado ha complicado la respuesta humanitaria y la capacidad del gobierno de ofrecer asistencia a las víctimas.
Esta crisis humanitaria en la región del Catatumbo subraya la necesidad urgente de una intervención más efectiva y coordinada para brindar ayuda a las víctimas de desplazamiento y los afectados por la violencia y los desastres naturales. La comunidad internacional y las autoridades colombianas deben tomar medidas inmediatas para proteger a estas poblaciones vulnerables, garantizar su acceso a servicios básicos y buscar soluciones a largo plazo que promuevan la paz y la estabilidad en las zonas más afectadas.











