La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha emitido una preocupante alerta sobre la rápida propagación del sarampión en todo el mundo, revelando que más de 306,000 casos fueron declarados el año pasado, lo que representa un incremento del 79% en comparación con el año anterior. Ante esta situación, la OMS ha instado a una intensificación de las campañas de vacunación.
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Según los últimos datos globales proporcionados por la OMS hasta febrero de 2024, el número de casos de sarampión notificados en 2023 alcanzó los 306,291, en comparación con los 171,156 casos registrados en 2022, lo que indica un aumento alarmante en la incidencia de la enfermedad.
La experta en sarampión y rubeola de la OMS, Natasha Crowcroft, ha advertido que más de la mitad de todos los países del mundo enfrentarán un riesgo «alto o máximo» de brotes de sarampión para finales de 2024. Además, señaló que el número de países con brotes de alto riesgo, con una incidencia superior a 20 casos por cada millón de habitantes, ha aumentado de 32 en 2022 a 51 en 2023.
La OMS estima que, dado que muchos casos de contagio y fallecimiento no se notifican o no se asocian correctamente con la enfermedad, en realidad hubo aproximadamente 9.2 millones de contagios y alrededor de 136,216 muertes relacionadas con el sarampión en 2022, lo que representa un aumento significativo en comparación con años anteriores.
Es importante destacar que se prevé una «gran desigualdad» en la distribución de casos y muertes, ya que casi la mitad de las naciones que entrarán en nivel de riesgo alto o máximo en 2024 serán países de renta media o baja.
Ante este preocupante panorama, la experta insta a tomar medidas urgentes para garantizar la protección de todos los niños, especialmente en países de renta baja donde la prevención del sarampión ha perdido prioridad debido a crisis como la pandemia de COVID-19 o conflictos armados recientes. Además, enfatiza en la importancia de completar la vacunación de los niños para prevenir la reaparición rápida del sarampión, que puede tener un efecto devastador en las comunidades vulnerables.