La Operación León Ascendente, liderada por las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), representa un hito en la estrategia militar de Israel contra Irán. Esta ofensiva, iniciada el pasado jueves, tuvo como objetivo principal desarticular la capacidad operativa del régimen de Teherán, atacando directamente a sus líderes militares. En solo dos días, las FDI confirmaron la eliminación de más de 20 comandantes iraníes, incluyendo figuras clave como el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, Mohammad Hossein Bagheri, y el líder de la Guardia Revolucionaria, Hossein Salami.
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La relevancia de esta operación radica en su impacto directo sobre la estructura de mando iraní. Al eliminar a altos mandos, Israel busca debilitar la capacidad de respuesta militar de Irán, lo que podría alterar el equilibrio de poder en la región. Este movimiento ha generado especulaciones sobre posibles represalias por parte del régimen iraní o sus aliados regionales.
¿Quiénes fueron los blancos de los ataques israelíes?
Los bombardeos selectivos, ejecutados tras una meticulosa labor de inteligencia por parte de la Dirección de Inteligencia de las FDI, apuntaron a figuras clave en el sistema de seguridad iraní. Entre las bajas confirmadas se encuentran:
- Mohammad Hossein Bagheri, jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas iraníes.
- Hossein Salami, máximo líder de la Guardia Revolucionaria, una de las instituciones más influyentes del régimen.
- Jefes de inteligencia y misiles, responsables de la planificación y ejecución de operaciones estratégicas.
Estos ataques, realizados con aviones de combate, se llevaron a cabo en la madrugada del viernes, marcando un golpe directo al corazón del aparato militar iraní.
¿Cómo ha respondido Irán ante las bajas?
El régimen de los ayatolás reconoció la pérdida de varios de sus altos mandos militares, incluyendo a Hossein Salami. En respuesta, el líder supremo, ayatolá Ali Khamenei, designó a Mohamad Pakpur, excomandante de las Fuerzas Terrestres, como nuevo líder de la Guardia Revolucionaria. Este cambio refleja la urgencia del régimen por mantener la continuidad operativa, aunque la eliminación de figuras clave plantea serias dudas sobre su capacidad de respuesta inmediata.
¿Qué impacto tendrá la operación en la región?
La Operación León Ascendente no solo busca neutralizar amenazas inmediatas, sino también enviar un mensaje claro sobre la capacidad militar de Israel. Al descabezar el sistema militar iraní, esta estrategia podría:
- Debilitar la capacidad de represalia del régimen de Teherán.
- Generar tensiones con aliados regionales de Irán, como Hezbollah o las milicias en Siria.
- Alterar los equilibrios de poder en Oriente Medio, aumentando la incertidumbre sobre futuros conflictos.
Sin embargo, expertos advierten que esta acción podría desencadenar represalias directas o indirectas, lo que mantendrá la región en alerta durante las próximas semanas.
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