El presidente venezolano Maduro volvió a elevar el tono frente a Washington al asegurar que su país enfrenta “17 semanas de guerra psicológica” impulsada desde Estados Unidos. En un mensaje dirigido a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), el mandatario pidió mantenerse “imperturbables” y en constante vigilancia ante el reciente despliegue militar estadounidense en el Caribe, ordenado por la administración de Donald Trump bajo el argumento de combatir el narcotráfico.
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Maduro denuncia una “amenaza imperialista” en el Caribe
Durante su alocución, Maduro sostuvo que las operaciones de Estados Unidos en la región responden a un plan para desestabilizar a Venezuela. Aseguró que el envío de una flotilla militar en agosto representa un intento por “alterar la paz” del Caribe y de Sudamérica. Según Caracas, el movimiento naval encubre un propósito político: forzar su salida del poder y profundizar la presión internacional.
“Desde hace 17 semanas, fuerzas extranjeras imperialistas amenazan continuamente con alterar la paz del mar Caribe, de Sudamérica y de Venezuela bajo falsos y extravagantes argumentos”, afirmó el mandatario en un mensaje grabado transmitido a través de la televisión estatal. La declaración se dio durante el acto por el 105 aniversario de la Aviación Militar Bolivariana, una fecha simbólica para el chavismo.
Un llamado a la resistencia en medio de la tensión
En su discurso, Maduro remarcó que la presión internacional ha fortalecido la unidad dentro del país. “Diecisiete semanas de guerras psicológicas, presiones inmorales que, lejos de atemorizar a nuestro pueblo, han despertado una fuerza fabulosa de resistencia, de conciencia nacional”, dijo. El mensaje buscó proyectar una imagen de firmeza frente a lo que el gobierno venezolano describe como amenazas externas, respaldándose en la movilización cívico-militar como eje central de su narrativa política.
El acto también fue presidido por el ministro de la Defensa, Vladimir Padrino López, quien aprovechó la ocasión para criticar la cooperación militar entre Estados Unidos y países del Caribe. Según declaró, esas alianzas responden a una estrategia de “militarización” de la región.
Padrino López critica cooperación de EE. UU. con países vecinos
“Gobiernos genuflexos que se prestan para el juego imperialista, para militarizar el Caribe, para hacer del Caribe un mar cerrado para sus intereses”, afirmó el ministro, reforzando el discurso oficial que denuncia una expansión del poder militar estadounidense con el apoyo de aliados en la zona.
La presión de Washington y las acusaciones contra Maduro
La tensión entre Caracas y Washington aumentó en las últimas semanas. Estados Unidos declaró como organización terrorista al presunto Cartel de los Soles, al que acusa de ser dirigido por altos mandos venezolanos y por el propio Maduro. Esta medida incrementó la presión judicial y política sobre el gobierno bolivariano.
Antes del despliegue militar en el Caribe, la justicia estadounidense había elevado a 50 millones de dólares la recompensa por información que permitiera capturar al presidente venezolano. Para Washington, se trata de un esfuerzo por desmantelar una supuesta red de narcotráfico vinculada al poder político en Venezuela. Caracas rechaza estas acusaciones y las califica como parte de una estrategia para justificar una intervención militar.
Bombardeos y denuncias de “ejecuciones extrajudiciales”
Según reportes oficiales, desde el 2 de septiembre fuerzas estadounidenses han bombardeado al menos 20 embarcaciones en el Caribe y el Pacífico en el marco de operaciones antidroga. Estas acciones han dejado cerca de 83 muertos y han sido denunciadas por Venezuela como “ejecuciones extrajudiciales”. Para el gobierno de Maduro, estos operativos representan una escalada que pone en riesgo la estabilidad regional.
República Dominicana autoriza presencia militar estadounidense
En medio del aumento de tensiones, República Dominicana autorizó la presencia temporal de militares estadounidenses en uno de sus aeropuertos para reforzar operaciones antinarcóticos. Esta medida fue interpretada por el chavismo como una señal más de alineamiento regional con Estados Unidos.
Washington sostiene que estas acciones forman parte de una estrategia para combatir organizaciones criminales, mientras que el gobierno venezolano insiste en que se trata de un cerco político y militar contra Caracas. En este escenario, la retórica oficial ha enfatizado en la necesidad de preparar a las Fuerzas Armadas ante lo que consideran una amenaza directa.











