El gobierno de Colombia enfrenta un nuevo episodio de tensión diplomática luego de que Estados Unidos retirara la visa a dos funcionarios cercanos al presidente Gustavo Petro, en respuesta a declaraciones realizadas por el mandatario durante un acto público en Nueva York. El hecho ha generado una ola de reacciones políticas dentro del gabinete y ha abierto un debate sobre la relación bilateral entre Bogotá y Washington.
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¿Quiénes fueron los primeros afectados?
Los primeros en confirmar la medida fueron Edwin Palma, ministro de Minas, y Angie Rodríguez, asesora presidencial, quienes aseguraron haber perdido el documento como consecuencia directa de su respaldo a Petro.
Rodríguez expresó en sus redes sociales que la medida no los intimidará:
“Si por ser pacifista te quitan la visa, muchos también lo somos”.
El anuncio de ambos funcionarios provocó un efecto inmediato en otros miembros del gabinete, quienes optaron por solidarizarse con la misma causa.
Renuncias voluntarias a la visa estadounidense
En un gesto de apoyo político, la canciller Rosa Villavicencio y el ministro de Hacienda Germán Ávila anunciaron públicamente que renuncian de manera voluntaria a sus visas estadounidenses. Ambos señalaron que no continuarán con el visado en lo que consideran un acto de solidaridad frente a lo que califican como una decisión arbitraria de Washington.
Por su parte, el ministro del Interior, Armando Benedetti, calificó la medida como “política e injusta” y exhortó a todos los integrantes del gabinete a comprometerse con el presidente Petro.
“Este es el momento de demostrar lealtad y unidad frente a decisiones que buscan debilitar el liderazgo del jefe de Estado”, declaró Benedetti.
¿Qué motivó el retiro de las visas?
El origen de la sanción se encuentra en un discurso pronunciado por Gustavo Petro en Nueva York, durante una protesta en la que cuestionó la participación de potencias en conflictos bélicos. En su intervención, el mandatario colombiano hizo un llamado directo a los militares:
“Obedezcan a la humanidad, no a los tiranos”.
Además, acusó al expresidente Donald Trump de apoyar un genocidio, lo que generó un fuerte rechazo en la Casa Blanca. Según fuentes diplomáticas, las declaraciones fueron consideradas “imprudentes e incendiarias”, motivo por el cual se inició la revocación de visados a funcionarios cercanos al mandatario.
Repercusiones políticas y diplomáticas
La decisión ha generado un efecto dominó dentro del gobierno colombiano, donde algunos sectores interpretan la medida como un intento de presión sobre el presidente Petro. Sin embargo, para la oposición, la situación refleja una creciente fractura en la relación con Estados Unidos, que podría afectar no solo el ámbito político, sino también acuerdos de cooperación en materia de seguridad, comercio y lucha contra el narcotráfico.
Analistas internacionales advierten que, si bien la cancelación de visas no representa una sanción económica, sí constituye un gesto simbólico de alto impacto político, pues afecta directamente a la movilidad y legitimidad de figuras clave dentro del gabinete colombiano.











