Un grupo de científicos de diversos países han logrado encontrar indicios de posible vida en Venus, uno de los planetas más cercanos a la tierra.
De momento no es algo que sea claro, sino que existen bastantes dudas al respecto y todavía hace falta un aumento de las observaciones para determinar si esto que se ha hallado es vida o si por el contrario, las pruebas constatadas no sirven para llegar a esta conclusión a la que ha llegado el equipo.
Un equipo de astrónomos europeos y estadounidenses han conseguido detectar rastros de fosfano, un derivado tóxico del fósforo que se encuentra en lugares donde hay microbios que viven en entornos donde no es posible encontrar oxígeno. En teoría, la fosfina es más alta que la que habitualmente se produce en entornos no biológicos, por lo que han hecho una simulación y es necesario que exista vida para que estos niveles se alcancen en Venus.
No obstante, es inevitable que algunos científicos apunten a que es imposible saber si existe vida solo con un dato tan pequeño. Por lo que es necesario seguir investigando al respecto para hallar la verdad.
Los propios autores del estudio, encabezado por Jane S. Greaves, de la Universidad de Cardiff, reconocen que la detección de fosfina no es una evidencia sólida de vida microbiana y que solo indica procesos geológicos o químicos potencialmente desconocidos que ocurren en Venus. Greaves y sus colegas observaron el planeta mediante el telescopio James Clerk Maxwell y el Atacama Large Millimeter en 2017 y 2019, respectivamente. Se toparon con una firma espectral que es exclusiva de la fosfina y estimaron una abundancia de 20 partes por mil millones de fosfina en las nubes de Venus. Los científicos sopesaron diferentes formas en que se pudo haber producido la fosfina: a partir de fuentes en la superficie del planeta, micrometeoritos, rayos o procesos químicos que ocurren dentro de las nubes. Al final, no pudieron determinar la fuente de las trazas.
¿Qué tiene de importante este descubrimiento?
El descubrimiento de fosfina en Venus abre un horizonte de interrogantes. «Existen varias posibilidades geoquímicas y fotoquímicas, que espero se exploren en detalle a partir de ahora gracias a este hallazgo», alienta Martínez-Frías.
«Es un descubrimiento muy interesante, especialmente en planetas de tipo terrestre como Venus. Sabemos que en Venus la actividad volcánica fue muy importante. Existen minerales de fósforo tanto en rocas volcánicas como en meteoritos y rocas lunares. Las implicaciones, de acuerdo con una de las probabilidades que se sugieren en el propio artículo, es que exista un proceso geoquímico o fotoquímico que pueda dar lugar a la formación de la fosfina».
Para Pla-García, también es un anuncio de especial relevancia. En primer lugar, porque existe aún un gran desconocimiento sobre la química de las atmósferas, de tal forma que conocer más detalles sobre los elementos que componen las de otros planetas puede ayudar a dar pasos en este ámbito de estudio. Asimismo, analizar a fondo las condiciones atmosféricas puede ser clave para ‘seguir el rastro’ de la vida: «El estudio de la evolución de las atmósferas de Venus, Tierra y Marte desde sus orígenes (todo apunta a que sus condiciones iniciales eran similares) es clave para entender los diferentes destinos que siguieron los tres planetas y cómo la vida pudo surgir en los tres pero perdurar solo en la Tierra».