El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, anunció el nombramiento de la capitana de la Fuerza Armada, Karla Trigueros, como nueva ministra de Educación, en un movimiento que ha generado amplio interés en lo que el propio mandatario describe como “el país más seguro de América Latina”.
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La designación llega en un contexto de reestructuración ministerial y en medio de la atención internacional sobre el llamado método Bukele, estrategia que desde 2019 ha reducido drásticamente la tasa de homicidios en la nación centroamericana, pero que también ha provocado críticas de organismos internacionales por sus implicancias en derechos humanos.
¿Quién es Karla Trigueros?
Karla Trigueros es médica de profesión y oficial de la Fuerza Armada salvadoreña. Durante la pandemia de COVID-19, participó como asesora del comando militar encargado de la distribución de vacunas, experiencia que la posicionó como figura clave en la logística sanitaria del país.
Sustituye en el cargo a José Mauricio Pineda, y asume la cartera educativa con el reto de liderar una transformación profunda del sistema educativo salvadoreño.
Mensaje de Bukele: “Romper paradigmas”
En un mensaje publicado en la red social X, Bukele afirmó que para construir el país que la población merece es necesario “romper paradigmas”. Destacó que Trigueros cuenta con la “capacidad” y el “liderazgo” para impulsar los cambios que requiere la educación en El Salvador.
El mandatario ha sostenido que la gestión de la nueva ministra buscará modernizar la enseñanza, fortalecer la infraestructura escolar y mejorar la calidad de los contenidos.
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Contexto educativo y controversias recientes
El nombramiento se produce pocos meses después de que Bukele ordenara al Ministerio de Educación eliminar todo rastro del enfoque de género en libros y guías escolares, medida que generó debates entre organizaciones defensoras de derechos humanos y sectores conservadores.
En años anteriores, el presidente había expresado apoyo a algunas demandas de la comunidad LGBTI, aunque su postura reciente ha sido interpretada como un viraje hacia políticas educativas más conservadoras.











