El papa Francisco falleció este lunes 21 de abril a los 88 años de edad debido a un ictus cerebral que derivó en un coma y un fallo cardiocirculatorio irreversible, según confirmó el Vaticano en su parte médico oficial.
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El comunicado de defunción fue firmado por el doctor Andrea Arcangeli, director de Sanidad e Higiene del Estado de la Ciudad del Vaticano, quien certificó que el deceso ocurrió a las 7:35 horas locales (5:35 GMT) en la Casa Santa Marta, la residencia papal donde vivía Francisco desde el inicio de su pontificado.
El estado de salud del papa Francisco antes de su muerte
Durante los últimos meses, el pontífice enfrentó graves problemas respiratorios que lo mantuvieron hospitalizado durante 38 días en el hospital Gemelli de Roma, hasta el pasado 23 de marzo.
Su historial clínico indicaba que padecía una insuficiencia respiratoria aguda provocada por una neumonía bilateral microbiótica, además de una bronquitis múltiple. A ello se sumaban otras condiciones crónicas como hipertensión arterial y diabetes tipo 2.
Certificado médico oficial del Vaticano
La defunción del papa Francisco fue confirmada mediante un electrocardiograma, y así quedó registrada en el parte médico oficial:
«Declaro que las causas de la muerte, según mi ciencia y conciencia, son las indicadas», señala el documento firmado por Arcangeli.











