El ataque militar ejecutado por Estados Unidos contra blancos en Irán, confirmado en las últimas 48 horas, ha desencadenado una escalada sin precedentes en Medio Oriente, con repercusiones que ya resuenan en la política y economía global. Según fuentes de inteligencia occidental, los blancos incluyeron instalaciones nucleares y bases de la Guardia Revolucionaria, en respuesta al presunto respaldo iraní a milicias en Irak y Siria.
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Contexto Geopolítico: ¿Por Qué Estados Unidos Atacó a Irán?
La administración estadounidense justificó el operativo como una «acción defensiva preventiva» ante amenazas inminentes contra sus intereses en la región. Según el Pentágono, Irán habría intensificado el envío de drones y misiles a grupos como Hezbolá y Hamas, lo que habría cruzado un «umbral crítico». Sin embargo, Teherán niega las acusaciones y tilda el ataque de «acto de guerra».
El ataque ocurre en un año electoral en EE. UU., donde la seguridad nacional es un tema crucial. Para Irán, la ofensiva revive fantasmas del asesinato del general Qasem Soleimani en 2020, un episodio que aún hoy moviliza a sus bases nacionalistas.
Respuesta de Irán y Movimientos Militares en la Región
Irán ha activado su protocolo de defensa en todo el territorio y, según canales estatales, evalúa «respuestas proporcionales». Hasta el momento, no se han reportado ataques directos contra fuerzas estadounidenses, pero milicias aliadas a Irán en Yemen (Houthis) y Siria han lanzado cohetes contra bases de EE. UU. en Irak.
El líder supremo iraní, Ali Khamenei, advirtió que «el castigo será severo», mientras el presidente Ibrahim Raisi convocó una sesión de emergencia de la ONU. Rusia y China han emitido declaraciones condenando el ataque, pero sin amenazas explícitas. Por otro lado, Israel, tradicional aliado de EE. UU., ha reforzado sus sistemas antimisiles ante posibles represalias.
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Un dato crucial es el estado del programa nuclear iraní. Inspectores de la OIEA reportaron que, tras el ataque, Irán habría reiniciado el enriquecimiento de uranio al 60% en la planta de Natanz, nivel cercano al necesario para armamento. Esto podría dinamitar las negociaciones para reactivar el acuerdo nuclear de 2015.
Impacto en los Mercados Globales y en Perú
La tensión ha provocado una volatilidad inmediata en los mercados. El precio del petróleo Brent superó los USD 95 por barril, un alza del 8% en 24 horas, la mayor desde la invasión rusa a Ucrania. Para Perú, importador neto de combustible, esto presionaría la inflación y el dólar, según el BCRP.
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Las acciones mineras peruanas, en tanto, caen en la bolsa ante el temor de que China, principal comprador de cobre, reduzca su demanda si la crisis impacta su economía.
A nivel diplomático, el gobierno peruano, a través de la Cancillería, hizo un llamado a «contener la escalada y priorizar el diálogo«, alineado con la postura de la Celac y la OEA. Sin embargo, expertos advierten que Perú podría verse arrastrado a tomar posición en foros internacionales si el Consejo de Seguridad de la ONU debate sanciones.
La Ciberguerra: Un Frente Silencioso con Efectos en América Latina
Además del conflicto armado, se ha detectado un aumento del 300% en ciberataques contra infraestructura crítica en EE. UU. y Europa, atribuidos a grupos hacktivistas iraníes. En Latinoamérica, Brasil y México reportaron intentos de phishing masivo en bancos y entidades estatales.
«Perú no es un objetivo prioritario, pero su vulnerabilidad en ciberseguridad lo hace susceptible a ataques colaterales», alerta Roberto Salazar, director de la empresa peruana de seguridad digital Hackmetrix. Sectores como energía y finanzas están en máxima alerta, siguiendo recomendaciones de la OEA.
Irán cuenta con una de las unidades de guerra cibernética más avanzadas del mundo, respaldada por el Cuerpo de Guardianes de la Revolución. En 2022, un informe de la FBI ya había vinculado a hackers iraníes con ataques a hospitales y sistemas de agua en EE. UU., una táctica que podría repetirse.
¿Hacia una Tercera Guerra Mundial? Análisis de Escenarios
Aunque una conflagración global parece remota, el riesgo de una guerra regional es alto. EE. UU. ha desplegado portaaviones y bombarderos B-52 en el Golfo, mientras Irán moviliza misiles de medio alcance. Turquía y Arabia Saudita, aliados clave, han iniciado evacuaciones de no esenciales en sus embajadas en Teherán.
En paralelo, crece la presión interna en ambos países. En EE. UU., republicanos exigen más contundencia, mientras grupos pacifistas protestan en Nueva York. En Irán, jóvenes han salido a las calles en contra del gobierno, temiendo que el conflicto agrave la crisis económica.
Posición de América Latina y el Rol de Perú
La Celac y la CAN han emitido declaraciones conjuntas pidiendo moderación, pero sin una postura unificada. Perú, como miembro no permanente del Consejo de Seguridad de la ONU en 2024, podría jugar un rol mediador. «Es una oportunidad para proyectar nuestra diplomacia como imparcial y promotora de paz», opina la excanciller Ana María Sánchez.
Sin embargo, la división en la región es palpable: Brasil y Argentina priorizan proteger sus acuerdos comerciales con EE. UU., mientras México, Bolivia y Venezuela critican la «intervención imperialista». Perú mantendría una línea neutra, aunque con atención a las inversiones mineras estadounidenses en riesgo si las sanciones se extienden.
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