El gobierno del presidente ecuatoriano Daniel Noboa sufrió un duro revés tras los resultados del referendo nacional realizado este domingo, donde la ciudadanía rechazó de manera contundente las cuatro propuestas planteadas por el Ejecutivo. Las iniciativas incluían la posibilidad de conformar una Asamblea Constituyente, la reducción del número de legisladores, la eliminación del financiamiento estatal a los partidos políticos y la autorización para instalar bases militares extranjeras en el país.
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De acuerdo con el conteo oficial superior al 85 por ciento de actas escrutadas, la opción del No se impuso con márgenes que oscilaron entre 23 y 6 puntos porcentuales. La presidenta del Consejo Nacional Electoral, Diana Atamaint, informó que, pese a que aún queda cerca del 20 por ciento de actas por procesar, la tendencia es irreversible y marca una clara postura ciudadana frente a las propuestas del gobierno.
En el caso de la Asamblea Constituyente, considerada la pregunta más relevante del proceso, el No obtuvo el 61,55 por ciento de los votos válidos, mientras que el Sí alcanzó el 38,45 por ciento. Una proporción similar se registró en la consulta sobre la instalación de bases militares extranjeras, donde el rechazo alcanzó el 60,50 por ciento, frente al 39,50 por ciento del apoyo.
Con estos resultados, los ecuatorianos optaron por mantener vigente la Constitución aprobada en 2008 durante el gobierno de Rafael Correa. Asimismo, ratificaron la prohibición de establecer bases militares extranjeras en territorio nacional, un punto sensible en la política ecuatoriana.
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En la propuesta para retirar el financiamiento público a las organizaciones políticas, el No también se impuso con un 57,96 por ciento, en contraste con el 42,04 por ciento del Sí. La única pregunta donde la diferencia fue más estrecha fue la referente a reducir el número de asambleístas de 151 a 73, que terminó con un 53,41 por ciento de rechazo y un 46,59 por ciento de apoyo.
El resultado representa un escenario complejo para el presidente Noboa, quien había apostado por este referendo como una vía para impulsar reformas clave y consolidar su liderazgo político. Sin embargo, el pronunciamiento de la ciudadanía evidencia una marcada resistencia a los cambios planteados y abre una nueva etapa de desafíos para el Ejecutivo ecuatoriano.
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