Investigadores de la Universidad Carnegie Mellon en los Estados Unidos pudieron recargar diversos dispositivos utilizando solo el cuerpo humano como transmisor.
Existe la posibilidad que en el futuro, esta tecnología permita alimentar de energía pequeños equipos mientras se viaja.
Las baterías plantean importantes desafíos de diseño y usabilidad, añaden peso y volumen y, por lo general, requieren que el dispositivo se retire y se recargue periódicamente. En respuesta, desarrollamos Power-over-Skin, un enfoque que utiliza el propio cuerpo humano para suministrar energía a muchos dispositivos portátiles distribuidos y sin batería. Demostramos la transferencia de energía del cuerpo a los pies con suficiente energía para alimentar microcontroladores que pueden detectar señales y comunicarse de forma inalámbrica.