El 70% de la población mundial debe ser vacunada para lograr la inmunidad de grupo contra el coronavirus pero se sabe que casi una cuarta parte de la población mundial podría no tener acceso a una vacuna contra la enfermedad hasta al menos 2022, sobre todo en países pobres y de ingresos medios.
El efecto secundario de las vacunas es la desigualdad económica. Y es que mientras las vacunas siguen estando en gran medida bajo el control de las grandes farmacéuticas de las naciones con economías avanzadas, los países en desarrollo, donde vive la mayor parte de la humanidad, tienen que asegurar sus propias dosis, lo que los está obligando a gastar sus escasos recursos, ya de por sí afectados por las crecientes deudas con los prestamistas de Estados Unidos, Europa y China.
Desde siempre, la economía mundial se ha visto dividida por profundas disparidades en la riqueza, la educación y el acceso a elementos vitales como el agua potable, la electricidad y la Internet. La pandemia ha provocado la muerte y la destrucción de los medios de subsistencia de las minorías étnicas, las mujeres y los hogares de bajos ingresos. Es probable que el final añada otra división que podría reconfigurar la vida económica durante años, con la separación de los países con acceso a las vacunas de los que no lo tienen.
“Es evidente que los países en desarrollo, y en especial los países en desarrollo más pobres, van a quedar excluidos durante algún tiempo”, afirmó Richard Kozul-Wright, director de la División de Estrategias de Globalización y Desarrollo de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo en Ginebra. “A pesar de que se entiende que las vacunas deben considerarse un bien mundial, el suministro sigue estando en gran medida bajo el control de las grandes farmacéuticas de las economías avanzadas”.
En las naciones ricas que han asegurado el acceso a las vacunas, el alivio del desastre económico provocado por la emergencia de salud pública está en marcha. Podrían levantarse las restricciones que han cerrado los negocios, lo cual traería beneficios económicos significativos ya desde marzo o abril.
Sin embargo, por el momento, el panorama es sombrío. Estados Unidos, la mayor economía del mundo, ha tenido un índice de mortalidad equivalente a un 11 de septiembre cada día, por lo que la vuelta a la normalidad parece lejana. Las principales economías como el Reino Unido, Francia y Alemania se encuentran de nuevo en cierres de emergencia a medida que el virus mantiene su impulso.
Además, para volver a la normalidad se necesita lograr la inmunidad de grupo, que solo se produce cuando se vacuna una parte muy importante de la población, es decir al menos el 70% de ciudadanos del mundo. Así lo indican los expertos.
De acuerdo a Anthony Fauci, el experto en enfermedades infecciosas de Estados Unidos, la inmunidad colectiva podría requerir tasas de vacunación cercanas al 90%: “Necesitamos tener algo de humildad aquí. Realmente no sabemos cuál es el número real. Creo que el rango real está entre el 70 y el 90%”.
En este contexto, la cifra necesaria para alcanzar la inmunidad en todo el mundo ante esta enfermedad es muy alta y casi una cuarta parte de la población mundial podría no tener acceso a una vacuna contra la enfermedad hasta al menos 2022, sobre todo en países pobres y de ingresos medios, lo que se convertiría en un problema sanitario grave en un mundo que ya cuenta con más de 80 millones de infectados y 1,7 millones de muertos.
Así lo explican dos estudios publicados en la revista “BMJ”, que sugieren que los desafíos para administrar globalmente las vacunas contra el coronavirus serán al menos tan difíciles como los retos científicos asociados a su desarrollo.
En mayo, el científico jefe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Soumya Swaminathan, predijo que pasarían de cuatro a cinco años antes de que la pandemia estuviera bajo control.
Datos
* Para 2025, el daño económico a largo plazo de la pandemia será dos veces más grave en los llamados mercados emergentes en comparación con los países ricos.
* EE.UU. ha asegurado demandas de hasta 1.500 millones de vacunas, mientras que la Unión Europea ha bloqueado cerca de 2.000 millones de dosis, más que suficientes para vacunar a todos sus ciudadanos, mientras que muchos países pobres podrían esperar hasta 2024 para vacunar a toda su población.
Por. Redacción El Tiempo/Agencias.