“La secuela más grave que puede dejar el COVID-19 es una fibrosis pulmonar”, advierte Roberto Accinelli, neumólogo y director del Instituto de Investigaciones de la Altura de la Universidad Peruana Cayetano Heredia.
Accinelli señala que la presencia de esta afección se debe a las cicatrices surgidas en los pulmones tras el proceso inflamatorio causado por el coronavirus.
Una persona con fibrosis tendrá dificultades en su respiración y en el suministro de oxígeno al torrente sanguíneo, lo que dificultará su rendimiento físico, explica.
Además, como consecuencia tardía puede presentar insuficiencia renal y es probable que necesite diálisis regularmente, añade el especialista.
Corazón
Martín Salazar, cardiólogo de la Universidad Peruana Cayetano Heredia, señala que a “nivel cardíaco puede haber pacientes que desarrollen infartos y miocarditis, que dejan al corazón débil, pero no es muy frecuente”. Y será necesario que lleven un tratamiento y medicación especializados.
Daños psicológicos
Las consecuencias de haber padecido la enfermedad también se manifiestan en la salud mental de los pacientes.
“Estas personas han padecido gran estrés y ansiedad porque la idea de morir siempre estuvo presente. Después de superar la enfermedad tienen la incertidumbre de que puedan contagiarse de nuevo y esto les genera angustia, están temerosos y tienden a desarrollar depresión. Algunos necesitarán llevar terapia psicológica”, explica Carlos Bromley, médico psiquiatra.
¿Qué hacer para no tener secuelas?
“Para que un paciente que tuvo COVID no tenga secuelas debió empezar a recibir tratamiento el primer día que comenzaron los síntomas. No debe esperar a hacerse una prueba de descarte. El diagnóstico y tratamiento precoz evitan las secuelas”, subraya el doctor Accinelli.
Para que un paciente se recupere totalmente es importante que una vez dado de alta procure hacer sus actividades normales, indica Accinelli.