Se ha descubierto un nuevo efecto secundario que podría darse en algunos pacientes de coronavirus que hayan pasado la enfermedad tras un contagio grave. Se trata de la diabetes, que se generaría como consecuencia de una secuela peligrosa, la inflamación interna y los problemas de insulina.
En algunos casos, estas dos situaciones podrían pasar a ser un cuadro de diabetes en el organismo del enfermo. Con el coronavirus los niveles de glucosa de la sangre están muy altos y la diabetes es considerada ya factor de riesgo para los casos graves, pero también se añadiría a efecto secundario, al desarrollar algunos pacientes diabetes de tipo 1 y 2.
Todo ello ha sido desvelado en un artículo de la revista Diabetes, Obesity and Metabolism tras un estudio realizado por investigadores de varias universidades, en el que se puede constatar que más de uno de cada 10 pacientes que fueron hospitalizados por coronavirus después sufrieron también diabetes, esto es, el 14,4%.
La relación entre el coronavirus y la diabetes
Como cuenta el artículo, fueron 3.771 los voluntarios participantes en la investigación, todos ellos pacientes de coronavirus. Y las pruebas realizadas a estos enfermos de COVID-19 revelan que el virus puede ser suficiente para agravar y empeorar algunas patologías previas, entre las que se citan la obesidad, la resistencia a la insulina, la hipertensión o la prediabetes.
Así, los investigadores explican que sería posible que esos voluntarios ya tuvieran una diabetes no diagnosticada antes de ingresar en el hospital con coronavirus, y la mezcla de ambas supusiera en tener diabetes en estado más grave. De momento los expertos lo están investigando para confirmar si es un efecto secundario permanente.
Este artículo ha sido analizado y recogido por Business Insider, y en su reportaje interviene el doctor José Alemán, profesor asistente de endocrinología en el Lagone Health de Nueva York, que reafirma que el coronavirus puede agravar estas enfermedades metabólicas previas. En el caso de la diabetes, pasaría a ser diabetes de tipo 2.
Según analiza Alemán, debido a las condiciones de estrés y a los elevados niveles de hormonas reguladoras, “aumentan el azúcar en sangre para ayudar al cuerpo a luchar contra la amenaza que esté afrontando”. “Esto puede ser demasiado”, sentencia en relación a esas personas con patologías previas.
En definitiva, su teoría es que el coronavirus puede hacer que el sistema inmunológico reaccione de forma exagerada y destruya algunas de las células del propio cuerpo mientras lucha contra el virus. Pero aún no se sabe lo suficiente como para realizar pronósticos a largo plazo.