Las calles del sur de California viven días de incertidumbre y temor después de que la Corte Suprema de Estados Unidos respaldara el uso de las llamadas “patrullas itinerantes” por parte de agentes de inmigración. En barrios latinos de Los Ángeles, los negocios lucen vacíos, los restaurantes han perdido clientela y los pequeños comerciantes enfrentan un golpe económico severo.
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Corte Suprema respalda operativos de ICE
La decisión judicial da luz verde al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) para continuar con operativos que tribunales inferiores habían considerado inconstitucionales.
El caso se centraba en operativos en los que agentes enmascarados y armados de ICE detuvieron e interrogaron a personas en el área de Los Ángeles, muchas de ellas identificadas como latinas, incluidos ciudadanos estadounidenses. Los tribunales de menor instancia habían concluido que probablemente no existía “sospecha razonable” que justificara estas detenciones.
Con el fallo del máximo tribunal, la ofensiva migratoria impulsada por el presidente Donald Trump se fortalece, generando un clima de tensión en las comunidades afectadas.
Comerciantes latinos bajo presión económica
Más allá del debate legal, el impacto económico se refleja directamente en los negocios locales. María Manzano, dueña de un restaurante a pocas cuadras del Home Depot donde agentes de ICE ejecutaron la llamada “Operación Caballo de Troya”, describe un panorama devastador:
“La gente no viene porque tiene miedo. Dicen que aquí anda inmigración y ya no vienen a comer”.
Desde aquella redada sorpresa —en la que agentes enmascarados descendieron de una camioneta de mudanzas—, las ventas se desplomaron. Manzano asegura que ahora debe endeudarse para pagar salarios y cubrir la renta.
“No hay ventas, no hay clientes. Esto es peor que en la pandemia. Al menos entonces vendíamos comida para llevar. Hoy la gente tiene miedo hasta de salir”.
Un clima de temor generalizado
Los barrios con mayor población latina en Los Ángeles han visto cómo el miedo a las redadas migratorias ha vaciado calles y negocios. Puestos de frutas permanecen sin compradores y restaurantes antes bulliciosos hoy trabajan casi en silencio.
Organizaciones de defensa de los derechos civiles advierten que las patrullas itinerantes pueden aumentar la discriminación racial y las detenciones arbitrarias. Mientras tanto, familias enteras limitan sus salidas por temor a ser cuestionadas por su estatus migratorio.
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Un futuro incierto para la comunidad latina
La aprobación de estas medidas por la Corte Suprema consolida la estrategia del gobierno de Trump, pero deja en una situación vulnerable a miles de trabajadores y comerciantes que sostienen gran parte de la economía local en el sur de California.
La pregunta que queda en el aire es cómo resistirá la comunidad latina este nuevo golpe, que no solo se libra en los tribunales, sino en la vida cotidiana de quienes ven sus negocios y proyectos amenazados por el miedo y la persecución.











