El director penal de Colombia, el coronel retirado de la Policía, Élmer Fernández, fue atacado y asesinado por sicarios mientras se desplazaba en un vehículo oficial por una avenida del norte de Bogotá. La noticia fue confirmada por el ministro de Justicia, Néstor Osuna, quien lamentó el suceso a través de redes sociales.
El hecho ocurrió en la Carrera 30, cerca de la Calle 80, cuando Fernández se encontraba en un vehículo del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec). Osuna reafirmó la determinación del gobierno de no ceder ante la intimidación de los criminales y anunció el fortalecimiento de las medidas de seguridad para el personal del Inpec.
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El presidente colombiano, Gustavo Petro, expresó su consternación por el asesinato, destacando que Fernández llevaba apenas 42 días en el cargo y estaba implementando medidas para mantener el orden y seguridad en la cárcel La Modelo de Bogotá. Se ha establecido un plan de emergencia en la ciudad y se convocará a un consejo de seguridad para abordar la situación en todas las cárceles del país.
El director Fernández había recibido amenazas previas, según informó el presidente de la Unión de Trabajadores Penitenciarios, Óscar Robayo. Se mencionó que un delincuente conocido como ‘Pedro Pluma’ había dirigido amenazas tanto contra él como contra su familia debido a sus esfuerzos por mantener el orden en la cárcel.
Las autoridades están trabajando para identificar a los responsables del crimen, mientras que el Gobierno colombiano ha declarado una emergencia carcelaria para hacer frente a la violencia contra los funcionarios del Inpec y combatir la extorsión desde dentro de los centros de reclusión.
Esta emergencia se anunció tras una serie de ataques violentos contra los guardias de prisiones, incluido el tiroteo fatal de Jesús Cárdenas cerca de la cárcel San Sebastián de Ternera en Cartagena. Se han prometido fondos para adquirir equipos que bloqueen las señales de teléfonos celulares en las cárceles, utilizados por los presos para coordinar actividades criminales.
El hacinamiento en las cárceles colombianas es una preocupación, ya que actualmente albergan a más reclusos de los que pueden manejar. Con una capacidad para 81,740 personas, actualmente hay 101,976 internos, lo que representa un exceso del 24.7%, según datos del Inpec.