El analista político y excandidato a la presidencia, Ricardo Israel, explica el panorama electoral de Chile en los siguientes términos: “El fracaso de Gabriel Boric […] ha derrumbado la posibilidad que quien lo suceda sea alguien de sus filas partidarias, debido a las crisis que Chile hoy experimenta en diversas aéreas y sectores”.
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A pocas horas del conteo de votos en el vecino del sur, y más allá de cualquier resultado, queda claro que la fragmentación política habrá de profundizarse: por un lado, están aquellos que creen que Boric fue demasiado cauto e inoperante para realizar las reformas sociales que el país demandaba. Este sector respalda la candidatura de Jeannette Jara, militante comunista y postulante por la coalición Unidad por Chile.
En la otra vereda se encuentran Evelyn Matthei, de Chile Grande y Unido (grupo multipartido orientado a la centro derecha o derecha conservadora moderada) y Johannes Kaiser, del Partido Nacional Libertario, cuyo discurso duro ha calado hondo en un sector creciente de la clase media chilena. Los últimos sondeos apuntan a la consolidación de la candidatura libertaria.
Volviendo a la frase de Ricardo Israel -y tratando de explicarla- los errores de Boric han imposibilitado la construcción de un consenso de izquierdas moderadas que haga frente al discurso de la extrema derecha. Más aún, desde 1920 el centro y la izquierda han alternado en el poder en Chile -con el paréntesis polémico del pinochetismo-, lo que ofrece a la derecha una ventaja cualitativa frente a una izquierda desgastada por sus propios voceros.
Caídas y naceres
Los líos de la izquierda no han hecho su aparición repentina en esta campaña que llega a su fin hoy, sino que empezó a mostrar clarísimos síntomas en 2022, cuando el pueblo de Chile dijo no al proyecto de reforma de la Constitución heredada de la dictadura de Pinochet.
Se trata de un caso análogo al de nuestro país, en que un sector estuvo a punto de llevar adelante un referéndum para decidir si se cambiaba la Carta Magna que nos legó el extinto Alberto Fujimori. En Chile, este procedimiento sí fue puesto en práctica, pero los resultados pusieron en evidencia cierto compromiso de Chile con el marco constitucional establecido.
A partir de entonces, la derecha republicana -y luego la derecha más radical- ha capitalizado el descontento social. La ventaja de los libertarios es que han construido toda su red política desde Internet, lo cual le ha permitido captar a los más jóvenes, interesados muchas veces en programas que rompan el marco tradicional de la política.
La trampa
“El propio sector político que gobernó estos años con Boric y que estuvo detrás de ese proceso, ya ha dejado una manzana envenenada, para lo cual basta observar el presupuesto que todavía está en discusión para el próximo año, toda vez que es notorio que existen algunos ítems que en lo social han sido a propósito desfinanciados, para así asegurar que exista agitación social apenas asuma el nuevo gobierno”, reflexiona Israel acerca del futuro inmediato en caso de ganar la derecha -un escenario de altísimas probabilidades-.
De ganar la derecha, y más aún si ganase Johannes Kaiser, se confirmaría una tendencia en el voto subcontinental, favorable al desmantelamiento del progresismo que, al menos en el caso chileno, no ha sabido concretarse en grandes políticas.
En ese sentido, lo más destacable del mandato de Boric ha sido su activismo por el trastorno obsesivo-compulsivo, su adhesión a la causa de Gaza y su débil condena a las tiranías socialistas. La irrupción de las derechas significa un intento de volver a hacer política con un tinte más doméstico. ¿Se logrará?
José Luna/Infobae
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