La ceremonia por el Grito Libertario, fue propicia para que el arzobispo de Piura dé un jalón de orejas a las autoridades locales; pero también para advertir de las triquiñuelas de los “ilusionistas políticos”, aquellos que en el calor de la campaña que se avecina, no tendrán reparos en mentir, exagerar y ofrecer a la población (de menores recursos económicos) soluciones inmediatas y populistas a sus problemas crónicos.
Este 2022 es un año electoral. Se elegirán nuevos alcaldes, provinciales, distritales y un nuevo gobernador. Con la experiencia que nos dejan las actuales autoridades, es necesario estar atentos porque detrás de bambalinas ya se prepara un ejército de postulantes deseosos de ganarse un sillón edil o regional, que lo catapulte al grupo de nuevos privilegiados.
Todos ellos ofrecerán bajar el cielo a la tierra. Jurarán que no habrá más pobres; que todos tendrán trabajo y comida gratis. Otros ofrecerán amnistías tributarias, beneficios sociales, proyectos inverosímiles, etc. Lo único que la población debe hacer es estar atenta para detectar a los falsos y esta vez elegir a quien tienen capacidad para gobernar y, sobre todo, equipo de trabajo.