El manoseo de la vacancia, si bien pone en aprietos a Martín Vizcarra, desnuda la fragilidad del sistema político y legal para proteger al mandatario de la Nación, cualquiera que este sea. No defendemos a Vizcarra, pero preocupa que solo en base a presunciones y con declaraciones de aspirantes a colaboradores eficaces, se intente sacar del camino a un presidente por “incapacidad moral permanente”, frase, igualmente, ambigua para un sistema democrático.
El politólogo Fernando Tuesta afirma que el problema ya no es Vizcarra porque este dejará el gobierno pronto. El mensaje para los siguientes presidentes es que si no tienen respaldo congresal, podrían ser fácilmente removidos del cargo solo por presunciones. En el mundo de la política se libran campañas electorales, pero también una guerra vil y descarada por el poder, y cualquier cosa podría pasar afectando siempre el sistema de gobernabilidad.
Si en el futuro no se reformula la Constitución en torno al cargo presidencial, las disputas bizantinas por poder político seguirán entrampando el desarrollo del país, maniatando la agenda presidencial, y por consiguiente, afectando a todo un país.
