Los niveles de inseguridad y criminalidad es de tal magnitud que nadie está seguro hoy en sus propias casas, en la calle y menos en los restaurantes.

Cada 48 horas alguien es acribillado por sicarios o delincuentes; cada hora se producen entre 7 y 8 robos, sin contar los asaltos a mano armada, violaciones, robos de vehículos y hasta intentos de secuestro a bebés.

En Piura como en otras regiones el panorama es el mismo, salvo que nuestra región casi lidera, con un tercer lugar, los índices de criminalidad en el país; tanto así que las autoridades locales no les ha quedado otra alternativa que pedir emergencia; incluso, están exigiendo que las Fuerzas Armadas refuercen la seguridad ciudadana, porque la policía no se abastece, y porque en esta institución, -lamentable-, la corrupción la ha debilitado a tal punto que muchos ciudadanos no confían en ella.

¿Será suficiente la emergencia en la región para detener la ola delincuencial? Las opiniones de las autoridades están divididas, no así la población que busca resultados inmediatos para sentirse seguro caminando y trabajando en su región. Dura tarea para el nuevo jefe policial quien asegura que la delincuencia se ha reducido