Interesante escuchar, analizar y hasta cuestionar las ofertas electorales de los candidatos que disputarán el próximo 6 de junio el sillón de Pizarro; sin embargo, estas no deben espantar a los peruanos porque muchas de estas propuestas, de acuerdo al contexto que vive el país y el mundo a causa de la pandemia, son casi inviables o prioritarias en un mediano plazo.
No es urgente una asamblea constituyente ni el cambio de Constitución, mucho menos la nacionalización de empresas. La prioridad para el partido que asuma el gobierno será, a partir del 28 de julio, la vacunación masiva contra la COVID-19. La economía no despegará si la población sigue atiborrando hospitales o escondiéndose bajo estrictas cuarentenas y restricciones. Por lo tanto, la vacuna se vuelve una tarea impostergable.
Otra prioridad será el manejo fiscal y monetario del país. ¿Se aumentará o disminuirán los impuestos? ¿Cómo se manejará el gasto público, corriente y de inversión…y la deuda pública? ¿Qué medidas adoptará el BCR para mantener a raya la inflación sin que esta afecte a la economía de los peruanos, ya en cuidados intensivos debido a la pandemia?