Hay acciones estatales cuestionables, sobre todo, por los errores en la lucha contra el Covid-19, lo que nos llevó a los primeros lugares de mortandad a nivel mundial. Por eso extraña la decisión de imponer restricciones en el uso de playas; incluso, el mismo hecho de mantener en encierro obligatorio a niños menores de 12 años.
¿Lograrán mantener alejados a los piuranos de las playas durante el verano? ¿Estamos condenados a sufrir los sofocos veraniegos, encerrados en casa? El verano que ya se siente, parece que será el más extraño del que se tenga memoria. La contradicción es que mientras se cierran las playas, se abren los centros comerciales y eso, para los empresarios turísticos y de restaurantes, es un disparate.
Por lo pronto, hay sanciones que se pueden ganar quienes naden contra la ley, sin embargo, en un litoral tan extenso como lo es la zona norte, ¿habrá suficiente personal como para evitar que los piuranos metan un pie en el mar? Si bien preocupa la propagación del virus, no está demás tender la mano a quienes viven del turismo veraniego, mientras que para el amante del mar, enseñarle nuevas normas qué cumplir antes de poner un pie en la arena.