El reto del gobierno de Martín Vizcarra ahora es cómo echar a andar el tren de la economía, tras su estrepitosa caída a causa de la pandemia. La fórmula de los bonos no funciona por mucho tiempo, y los préstamos de Reactiva Perú se quedan cortos. En cuanto a las obras públicas, el Estado es incapaz de ejecutarlas satisfactoriamente y han debido echar mano a acuerdos de gobierno a gobierno.
Mientras tanto, a la empresa privada, si bien se apoya con préstamos, aún se le exige muchos requisitos y se le pone obstáculos para reiniciar operaciones. Uno de ellos es el de mantener los negocios cerrados, en una cuarentena “chicha” que no funciona y nadie obedece. Si se mantiene las restricciones, cómo es que este sector ayudará a reactivar la economía y a generar empleo.
Otro obstáculo para los privados es el de sumarle costos en protocolos de seguridad e incrementar su planilla con nuevos empleados de salud, generando mayores gastos, cuando muchas de estas empresas han estado inoperativas y sin ingresos. Si no se apoya y se le facilita su retorno, muchas de estas quebrarán, generando mayor desempleo e informalidad. Estamos advertidos.