Parece que por estos días es más importante cobrar el bono que el Ejecutivo ofreció a las familias humildes, aún a costa de poner en riesgo la propia vida. Y es que las escenas que a diario se repiten en las interminables colas para cobrarlo son realmente de terror, pues nadie respeta el distanciamiento social; incluso, hasta las mascarillas que usan no prestan garantías para evitar un contagio.
Es comprensible la necesidad de las familias en estos momentos de apremio y carencias, pero su salud y su propia vida está primero, y eso pareciera viendo el caos que generan en las entidades financieras, no lo entienden ni las autoridades y bancos hacen algo por facilitarles el pago, ampliando horarios u ordenando el cobro por apellidos.
Si hoy las clínicas y hospitales no tienen capacidad ni equipos para tender a pacientes del COVID-19, no sabemos qué pasará si muchas de estas personas que hoy se exponen en una cola, terminan contagiadas. Parece que además de responsabilidad, a muchos piuranos nos falta un poco de amor propio por nuestra salud y la propia vida. Hasta la Policía y las FF.AA. se cansaron de tanta negligencia.