No sorprende la nula reacción y mucho menos la falta de prevención de las autoridades regionales ante las lluvias, sobre todo ahora que las defensas del río Piura, en el tramo de la ciudad, están debilitadas debido al abandono de las obras de reforzamiento. Ni siquiera han tenido la precaución de proteger con sacos terreros las losas y los taludes de arena que fácilmente son erosionados.
Hasta ahora por el GORE todos guardan silencio, no hay actividad ni acción de prevención visible; es decir, a los piuranos y castellanos solo les queda rezar para que no haya mayores precipitaciones en la zona alta y el río crezca a niveles de desborde. Ayer el susto era mayúsculo, pero las autoridades brillaban por su ausencia. Parece que en el GORE el trabajo solo es buscar una nueva empresa.
¿Quién pagará por los daños a las defensas? ¿Quién se hará cargo de reforzarlas para evitar que sigan erosionándose como ya está ocurriendo en la margen de Castilla? ¿Qué pasará si el río sigue creciendo? El daño a esta parte de Piura es incalculable porque no solo se trataba de buscar una nueva empresa sino de evitar que el río debilite toda la estructura. ¿Y el sistema de alerta?
