Parece que al presidente Pedro Castillo le gusta hacer piruetas al filo de la navaja. Será por inexperiencia o estrategia política, pero justo el día en que la premier Mirtha Vásquez se presenta en el Congreso a pedir el voto de Confianza, se le ocurre anunciar la “nacionalización”, que no es otra cosa que “estatizar”, el gas de Camisea.
Y no se quedó allí, Castillo volvió a la carga con “hacer las grandes reformas constitucionales en el país”; anuncio que en vez de dar confianza, desestabiliza la economía provocando el alza del dólar. Y mientras el Congreso debate el voto de confianza, desde las tribunas petardea, reta y tilda a los legisladores de “vagos” por manosear el tema de la vacancia presidencial.
El problema con Castillo es que actúa como si estuviera en campaña, anunciando subsidios, coberturas de pensión y despotricando de la derecha. ¿No será que Castillo busca provocar al Congreso y que este niegue el voto de confianza? El nombramiento de ministros impresentables va por ese camino. De ser así, Castillo también juega a tumbarse el Congreso y si esto ocurriera, gobernaría a sus anchas vía DS. La asamblea constituyente sería, entonces, una realidad.