Que Vladimir Cerrón aprovechó la inocencia política y sumisión de Pedro Castillo, no es novedad. Pero que lo diga Dina Baluarte no solo tiene una clara intención de demarcar el nuevo entorno presidencial sino de mantenerlo alejado de PL y la manipulación de Cerrón, quien ha vuelto a lanzar el anzuelo para pescar, por segunda vez, a Pedro Castillo. La intención es clara: Volver a ser cogobierno.
Cerrón parece que se comió su orgullo e invita a Castillo a volver a PL, siempre y cuando bote a los caviares de su gabinete. ¿Qué puede ofrecer PL, ahora que Castillo saborea la libertad de hacer y deshacer sin la presión dictatorial y extremista de cerrones y bellidos?
Castillo debe recordar que los problemas del gabinete nacieron precisamente de los errores en el nombramiento de ministros promovidos y digitados por PL. Tampoco puede olvidar que Cerrón busca su cuota de poder para imponer su ideario político, el mismo que ha generado la estampida de la inversión privada y la contracción de la economía. Bien haría el mandatario en seguir tropezando solo que ir de la mano Cerrón, pues este no solo representa el extremismo sino también la corrupción.