La inseguridad y la criminalidad en las calles han llegado a niveles de espanto en el Perú. Hoy es uno los problemas que más preocupan al ciudadano, por encima, incluso, de la Covid-19.
Según estudio de Ipsos, el 54% de los entrevistados ponen en primer lugar como problema en el país, la delincuencia, inseguridad ciudadana, y también la corrupción (44%).
La segunda preocupación es la falta de empleo a causa de la lenta reactivación económica (46%), pues hoy la crisis política absorbe al gobierno y al Congreso de tal forma que la inversión pública y la privada se han retraído sustancialmente, generando falta de fuentes de trabajo, alentando con ello la informalidad, la delincuencia y la prostitución, como medios de sobrevivencia.
El Ministerio del Interior, que hoy debería estar trabajando en este grave problema, está ocupado en solucionar su propia crisis al interior, con los nombramientos y asensos irregulares. Mientras tanto, las bandas organizadas, la corrupción y la delincuencia extranjera se apoderan de las calles, aterroriza a los ciudadanos y deja un reguero de muertes como los últimos crímenes por sicariato en Piura y Sullana.