Mirar el espejo de ecuador
Lo que ocurre en
Ecuador es el corolario de una corriente de corrupción que ha minado la institucionalidad (algo similar ocurre en el Perú) dejando que el crimen organizado se fortalezca a tal punto que obligó al ex presidente Guillermo Lasso a decretar estado de excepción y toque de queda. Meses después, cuando asume
Daniel Noboa, tuvo que ampliar las medidas tras la fuga de peligrosos delincuentes, cabecillas de varias organizaciones criminales.
Son estos delincuentes con ramificaciones transnacionales los que ayer tomaron por asalto TC Televisión azuzando a las demás bandas organizadas a tomar el país, lo que obligó al gobierno de Noboa a decretar un “conflicto armado interno” y ordenando a las FF.AA. a retomar el control a través de operaciones militares. En el lado peruano se decretó el estado de emergencia en la frontera para evitar el ingreso de estos delincuentes en fuga.
La lección que nos deja esta ola delictiva en el vecino país es que a los delincuentes no se les trata con guante de seda, mucho menos se les deja en libertad cuando son atrapados. Esta corriente delincuencial intenta sentar sus bases en todo el continente.