Muchos peruanos no saben si aplaudir o ponerse a llorar por la pataleta del Congreso el domingo por la noche. En un evidente intento de “venganza” de Martín Vizcarra, ni siquiera midieron las consecuencias de sus actos al aprobar, en solo 4 horas, la modificación de 8 artículos de la Constitución; algo insólito y disparatado, pues para hacerlo se requiere un estudio, dictamen y debate previo, según los constitucionalistas.
No olvidar que la Constitución es la ley de leyes y la que garantiza el equilibrio de poderes; manosearla de esta forma solo para darle la contra a Vizcarra es irresponsable. Otra metida de pata fue la de aprobar el 6% del PBI para Educación. Tan cegados por la ira o la ignorancia estaban que establecieron cifras en base al PBI, algo ilógico. Este año, tenemos menos -18% del PBI, el próximo año igual vamos a pérdidas. ¿Y la educación?
No sabemos si son tontos o muy vivos, pero el haber modificado de esta manera la Constitución, deja la puerta abierta para que el TC intervenga y se tire abajo toda la reforma política, sobre todo, la inmunidad parlamentaria. El TC exige dictámenes y debates, y si esto no se dio, es inevitable su participación para zanjar el lío.