Al nuevo jefe de la Primera Región Policial debe estar preocupado por los niveles de inseguridad y criminalidad que hoy se vive en las calles. Y no es para menos, en estos primeros ocho días de enero del 2024, ya suman seis crímenes. Todos ellos de manos de sicarios o sanguinarios asaltantes con armas de fuego que, pareciera, sienten desprecio por la vida.
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Y ya no es solo ‘ajustes de cuentas’, es decir, crímenes entre sicarios y extorsionadores que se disputan cupos o víctimas. Ahora están matando jóvenes universitarios; emprendedores o profesionales como el ingeniero que cayó abatido en Castilla por robarle S/ 70 mil que retiró de un banco. Solo el año pasado la cifra de asesinatos se cerró en 130; el 95 % de ellos sin esclarecer, mucho menos capturar a los responsables.
El jefe policial anunció más policías en las calles y está bien; pero la estrategia no es solo la disuasión, sino la investigación y la captura de las bandas cuyos tentáculos se extienden a la extorsión, los cupos en obras públicas, la trata de personas, el sicariato, la marca y el robo en general. Una dura tarea porque los delincuentes son cada vez más y mucho más avezados y despiadados.
