Hasta ahora el prófugo y líder de PL, Vladimir Cerrón, carga a cuestas 50 procesos fiscales que vienen de su gestión como gobernador de Junín. Lo curioso es que tiene 71 días prófugo por una primera condena de colusión, hace dos meses, a la que se le suma otra orden de prisión preventiva por 36 meses, dictada este lunes por el Sexto Juzgado de Investigación Preparatoria, por lavado de activos.
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¿Dónde está Cerrón? Para la justicia en el país, los acusados tienen categorías. Los despojados de padrinos no tienen dónde esconderse y son hallados rápidamente. Los que tienen poder de negociación, dinero ilícito, contactos políticos y estratégicos, simplemente desaparecen de escena como ocurrió también con los sobrinísimos de Pedro Castillo que desde hace más de un año no los hallan.
No es descabellado pensar, como dice el expremier, Pedro Cateriano, que “existe una siniestra alianza en el Congreso entre Cerrón, Keiko, César Acuña, José Luna y compañía”, quienes lo estarían encubriendo de sus actos delictivos, por tanto, eso los convierte en cómplices, pues hasta la herramienta legal de colaboración eficaz la desaparecieron para encubrir sus fechorías.
