Los extremistas siguen en demoledora tarea de desestabilizar al país a través de la violencia. El ataque al aeropuerto de Juliaca en Puno, es evidencia de que no se trata de manifestaciones de grupos sociales descontentos con el gobierno sino de atentados terroristas y, por tanto, la Policía y el Ministerio Público, incluido los jueces, deben tenerlo en claro a la hora de actuar contra ellos.
Estos sujetos han atacado los campamentos mineros, bloqueado las vías y destruido vehículos de carga con un claro objetivo: instaurar la anarquía y desestabilizar al gobierno. Lo interesante es que ya se tiene identificados a los azuzadores y revoltosos, muchos de ellos afiliados al Movadef, agrupación política de fachada de Sendero que intentó incluso inscribirse como partido para participar en las elecciones generales.
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Los servicios de inteligencia saben que esta agrupación es pro senderista y lo integran ex presidiarios liberados en los últimos años por los “caviares” y hoy han vuelto con la clara intención de tomar el poder por la ley de la violencia. Eso deben tener claro los jueces a la hora de procesar a estos azuzadores y revoltosos ideologizados con doctrinas fracasadas.
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