Tras la descarnada entrevista del periodista de la CNN, ahora los peruanos entienden por qué el presidente Pedro Castillo rehúye a los periodistas.
Y su temor no es otro que el no saber enfrentarlos con argumentos de político, refutar y explicar coherentemente su política de gobierno o aclarar los hechos irregulares que en los últimos seis meses lo han puesto sobre las cuerdas.
Castillo –quizás él no tiene culpa-, nos ha dejado la mala impresión que está al frente de un país porque alguien se aprovechó de su inocencia; porque no hubo mejor candidato o porque los peruanos se cansaron de los políticos tradicionales.
Un presidente así, carente de liderazgo que recurre al “pueblo” para ocultar sus verdaderos propósitos o carencias es un riesgo para el país, pues en nombre del “pueblo” se pretende cercenar la soberanía peruana entregando una salida al mar a Bolivia.
¿Qué vendrá después en nombre de ese “pueblo” gaseoso que pone como escudo para justificar lo injustificable?… el pueblo pide reelección inmediata; el pueblo pide cambio de constitución… un manoseado argumento utilizado hábilmente por tiranos y dictadores.