Solo por citar dos casos: la obra de alcantarillado de La Unión, paralizada e inservible por más de 10 años y la construcción del hospital de Máncora detenida hace pocas semanas por haberse iniciado con cartas fianzas falsas, aprobadas por funcionarios del Gore. Dos proyectos millonarios cuyo objetivo eran mejorar la calidad de vida y ampliar el servicio de salud a la población están paralizadas en el tiempo. Miles de soles gastados, pero no sirven para nada.
Como estos proyectos, hay otras 150 obras más paralizadas en la región, algunas en arbitrajes -que nunca se gana-, y otras condenadas a seguir congeladas porque no hay presupuesto para levantar las millonarias observaciones técnicas a causa de los garrafales errores a la hora de elaborar los expedientes.
Y no solo es el dinero perdido sino la utilidad de las obras para los sectores beneficiados. Estos 150 proyectos se financiaron luego de un largo y engorroso trámite burocrático para servir a la población, para darle mejor calidad de vida, pero terminaron por culpa de la corrupción y la ineptitud, siendo un freno al desarrollo de la región y un traspié para la economía de miles de familias.
