El proyecto de ley presentado por el gobierno de Pedro Castillo, para que en octubre los peruanos decidan vía referéndum si procede o no a la asamblea constituyente a cargo de redactar una nueva constitución, no solo es un mal plan plagiado y apurado, sino una estrategia maligna de cerronistas y castillistas quienes en aras de abrazar el poder, no les interesa el costo colateral para el país, mucho menos los enfrentamientos entre peruanos.
Para los analistas políticos esta propuesta es un acto político con un claro interés: desviar la atención sobre los actos de corrupción en el entorno presidencial; direccionar el malestar social por el costo de vida culpando por ello a la constitución, pero sobre todo, incitar el rechazo de los peruanos hacia el Congreso, los monopolios, los ricos y los pobres, etc.; táctica netamente marxista.
La estrategia se complementará con el plan B; pues es claro que la propuesta castillista será archivada por el Congreso, y esto será utilizado para reorientar el discurso izquierdista hacia el cierre del Congreso, el cual será el “culpable” de no aprobar sus proyectos “milagrosos” y totalitarios que dé “bienestar” a los peruanos.