Cada inicio y por el resto del año, los trabajadores aportantes al Fonavi se hacen de la ilusión de que por fin recibirán -en un abultado paquete y al contado-, la devolución de su dinero que por años se les descontó de sus sueldos, sin base legal, con premeditación y abuso, sin recibir nada a cambio, es decir, sin la contraprestación correspondiente.
Este año no ha sido diferente y muchos aportantes hasta tenían cronograma de pagos; sin embargo, el ministro de Economía se encargó, por enésima vez, de apagarles la esperanza: el Ejecutivo no promulgará la norma aprobada por el Congreso porque la deuda es impagable para el gobierno. Son más de 42 mil millones de soles que, según Pedro Francke, “desequilibra la estabilidad de las finanzas públicas”.
Lo cierto es que el Estado quiere darles “perro muerto” a los fonavistas, pues según los dirigentes, el monto no es impagable y se puede obtener de la liquidación de activos del Fonavi, sin recurrir a gastar dinero del tesoro público. Aun así, parece que este año el debate seguirá alargándose para la ira y desesperación de los aportantes.