Con despliegue policial inusual, como no se vio en casos de corrupción de mayor dimensión, ayer la fiscal Janny Sánchez ordenó detener a todo el entorno del presidente Martín Vizcarra, entre ellos al farandulero Richard Swing.
La diligencia volvió a agitar el avispero político, apaciguado en los últimos días tras las paces entre el Ejecutivo y Legislativo.
¿Por qué se armó tanto alboroto y show mediático? Según la fiscal que lleva el caso, existe peligro de fuga de los implicados entre ellos la exsecretaria y el exjefe de prensa de Palacio, así como de la polémica Karen Roca. Además, existen evidencias que a pesar de haber dejado sus cargos, aún siguen manipulando testigos, ocultando pruebas y usando toda su red de contactos, que incluyen al propio Vizcarra.
Para los expertos, esta investigación no debería ser tan compleja ni dramática como lo presentan, pues el monto es de menor cuantía y no pasa de 50 mil dólares, además, los contratos se pueden rastrear y saber quién y cuándo se dio la orden de pagar. Lo demás es solo show y práctica del nuevo deporte en el país que es meter presas a las personas y luego preguntarles qué hicieron.