Un reportaje periodístico dejó al descubierto que en medio de esta pandemia, muchos funcionarios regionales a través de sus Diresas, intentan hacerse millonarios con compras sobrevaloradas. Está el caso Huánuco, donde mascarillas de S/ 2.5 se han valorizado en S/ 25.50 c/u; en Apurímac se han comprado remedo de ambulancias; mientras que en Piura resalta la sobrevaloración de ventiladores mecánicos entre otros artículos.
¿Cuántos casos más hay? No se sabe, pero ya son 25 denuncias que han salido a la luz; evidencia de que muchos funcionarios a cargo de compras de emergencia están hiperactivos intentando desviar millones de soles a sus cuentas personales. Hasta la Contraloría, que tiene bastante chamba, pasa apuros similares con mascarillas sobrevaloradas. Y mientras se saquea el presupuesto público, decenas de pacientes mueren en las puertas de los hospitales; no hay oxígeno y los medicamentos alcanzan precios de escándalo. En este punto de la pandemia, el presupuesto público por emergencia se ha convertido en un apetitoso botín para los corruptos que se han atenazado del sector más sensible e importante hoy en el país: Salud.
