La primera gira internacional del presidente Pedro Castillo deja varias lecturas, algunas de ellas preocupantes.
Inquieta por ejemplo que mientras invita a los inversionistas en Estados Unidos a venir a Perú, prometiéndoles respeto a sus intereses y bienes, aquí el clan de Vladimir Cerrón y él mismo siguen con la cantaleta del cambio de Constitución, y ahora con un proyecto de “ley de medios” que atenta contra acuerdos internacionales y sobre todo contra la libertad de expresión.
Los inversionistas –lo saben hasta los escolares-, necesitan reglas claras, estabilidad jurídica y política (no incertidumbre) para invertir en proyectos de gran envergadura. Ellos no arriesgan capitales en países inestables y “lleno de corruptos” como Perú, donde pareciera que existen tres presidentes (Cerrón; Bellido y Castillo) y cada uno camina por su lado y por sus propios intereses.
Preocupa también, que mientras el vicecanciller opina sobre política internacional (caso Venezuela) el presidente del Consejo de Ministro lo desmienta, sembrado dudas sobre la posición del Perú, pero sobre todo, de quién lleva la batuta de mando en el país. Una pésima imagen internacional.