En tiempos de pandemia y desarrollo digital de la banca, muchos se preguntan: ¿qué hace tanta gente formando interminables y tediosas colas todos los días, para llegar a una ventanilla del Banco de la Nación? Algunos usuarios -con toque y sin toque de queda-, incluso duermen en las inmediaciones de estos locales bancarios desafiando a la COVID-19.

Si algo debe enseñar este virus es a moldear un futuro bancario que gire en torno a los smartphones o a los cajeros automáticos, pero como se ve, este desarrollo es incipiente aún en nuestro sistema bancario en el que cada vez desaparecen más cajeros automáticos, mientras que el sistema digital tiene serias deficiencias de ciberseguridad, pues al menor descuido desaparecen los ahorros.

Ya está probado que la banca digital funciona bien con el sistema de pagos, por tanto, el reto está en bancarizar a más población, pero esto no se logrará mientras los propios bancos no se modernicen, inviertan en tecnología y ciberseguridad. No olvidar que la banca debe girar en torno al cliente facilitándole las transacciones financieras antes que complicándoles la vida y demandando incomodas y peligrosas colas.