Ayer en su presentación en el Congreso, la ex fiscal de la Nación y actual parlamentaria, Gladys Echaiz, alteró los ánimos de los castillistas y cerronistas al afirmar que el presidente del Consejo de Ministros, Aníbal Torres y algunos de sus ministros, están peligrosamente alterando el orden interno del país, azuzando a los ronderos y fanáticos castillistas para enfrentarse al resto de peruanos.
Lo grave de esta situación es que hasta el propio Pedro Castillo avala esta alteración del orden y hace irresponsablemente lo mismo convocando a los ronderos para que lo “defiendan” de la Fiscalía que lo investiga por ser cabecilla de una organización criminal. Para algunos juristas, Castillo y su premier están cavando su propia tumba, pues llamar al enfrentamiento entre peruanos se tipifica en el derecho penal como delito de terrorismo y sedición.
Castillo, al verse acorralado por la justicia, miente cínicamente y trata de salvarse de Fiscalía organizando revueltas y convulsión social aprovechando su cercanía con las rondas, las mismas que han pasado a ser para el Ejecutivo una especie de policía y fiscalía paralela a los órganos constitucionalmente reconocidos.
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